domingo, 30 de enero de 2011

Un post que no trata sobre Inma Shara

La idea original era escribir un post dedicado a mi colega Inmaculada Saratxaga (Inma Shara), y probablemente algunos de vosotros os preguntaréis por qué llamo colega a la directora de orquesta más brillante de la historia de la música española y en la actualidad una de las más destacadas en el panorama musical internacional. Pues bien, lo cierto es que fue en una única ocasión y el recuerdo se encuentra ya parcialmente diluido en la memoria pero yo también fui director de orquesta y, según cuentan, no lo hice demasiado mal sobre todo si tenemos en cuenta que carezco de formación musical alguna (no creo que cuenten como líneas de currículum en este aspecto las dos o tres tardes que fui alumno acompañante en unas particulares clases de piano que recibía mi hermano quien, por cierto, siempre tuvo dotes innatas para tan noble arte).

Inma Shara es un genio y como tal hay algo en ella que chirría, aunque no sabría muy bien decir qué es y aunque tampoco resulta excesivamente estridente. Tiene un don que para muchos pasa desapercibido y que consiste (como gran directora que es) en hacer suya la obra que un compositor escribió en su día sin saber de la existencia de Inma, entenderla, interpretarla, darle su particular impronta y ofrecerla al público de forma que esa partitura (que uno puede haber escuchado con anterioridad en multitud de ocasiones) llegue a nuestros oídos de una manera sutilmente distinta y sorprendente, ganando en brillantez en cada movimiento y pareciendo por un instante que fue concebida justamente para que Inma se encargase de la dirección y su orquesta la interpretase. Y ese don, ese talento, nace con la artista y se hace con la artista a través de innumerables horas de estudio, trabajo y perfeccionamiento contínuo. Porque, aunque todavía no os lo haya dicho, Inma Shara es una auténtica perfeccionista (si no me creeis preguntadle a alguno de sus músicos) y esa cualidad-defecto es algo que siempre despierta mi interés.

Pero, como reza en su título, no trata este post sobre una directora, Inma Shara, sino sobre un compositor de música clásica, Tan Dun. Y, puestos a concretar, en realidad más que sobre Tan Dun realmente trata sobre su último capricho: un regalo de cumpleaños que obsequió a su gran amigo Plácido (La-Si-Do) Domingo en la conmemoración del 70 aniversario del nacimiento de este último.

Si un niño chino vive su infancia en plena década de los sesenta y es obligado a trabajar como plantador de arroz en lugar de estimular su afición y talento musical, entonces pueden pasar dos cosas: que la cruda realidad imponga su ley y el niño chino siga siendo plantador de arroz toda su vida, o bien que la genialidad gane la partida y a final de cuentas todos salgamos ganando. Y como en circunstancias complicadas suele decirse que la necesidad agudiza el ingenio, pues se ve que Tan Dun desarrolló desde esa etapa infantil una curiosa habilidad para descubrir instrumentos musicales donde aparentemente no había nada y donde nadie más era capaz de verlos. Personalmente ésta es una de las cualidades que más me gustan de él y que se refleja perfectamente en la fanfarria "La-Si-Do" estrenada mundialmente por la Orquesta (devenida en coro) del Teatro Real el pasado 21 de enero.

Si gustáis, os invito a disfrutar unos minutos con unos músicos capaces de conjugar virtuosismo y diversión -dos conceptos que, aunque parezca mentira, no están reñidos-, con un Mago de Oriente (y eso que sostengo una agria polémica con Gabilondo ...) y con un genio entre los genios, de esos genios que ineludiblemente tienen que ser madridistas. Grande Plácido ... y que cumplas muchos más.

P.S.: casi al final del vídeo encontraréis un plano genial que descubre un magnífico instrumento de percusión, eso sí utilizado de forma adecuada que si no ... simplemente hace ruido.

5 ostrillizos: Un post que no trata sobre Inma Shara La idea original era escribir un post dedicado a mi colega Inmaculada Saratxaga (Inma Shara), y probablemente algunos de vosotros os pregunt...

3 comentarios:

Franiky dijo...

Tuve yo una fuerte polémica mental conmigo mismo y con todos los ancianos que otorgan los Oscars, cuando en Febrero-Marzo del año 2001, despierto toda la noche para ver la Ceremonia de entrega de dichos premios, vi como un taiwanes llamado Tan Dun (Tigre y dragón) le arrebataba el Oscar a la mejor banda sonora a Hans Zimmer (Gladiator), y sobretodo a Ennio Morricone (Malena).

Sectarismos de juventud, porque hoy sé que el score de Tigre y Dragon es mucho mejor que el de Gladiator, por mucho que para una escucha casual me siga quedando con el de Zimmer, lo mismo me pasaba con Morricone (sin duda el mejor compositor vivo) un genio al que veía morirse sin un Oscar, feo reparado con eso tan feo llamado Oscar honorífico.

La cuestión es que viendo el video de Dun, me viene Morricone a la cabeza, y no es la primera vez, esa forma de sacar música de cualquier cosa... uff, pone el pelo de punta y da una idea de lo que este hombre tiene dentro. Una pena que no se prodigue demasiado en cine. Te recomiendo que veas, si no lo has hecho ya, Hero, de Zhang Yimou con música de Tan Dun, una de las mejores muestras de lo que se puede conseguir con un genio rodando y otro componiendo.

En cuanto a Inma Shara, que te voy a decir, es imposible que esa mujer no lo haga bien, sería un desperdicio de los más grandes de la historia, y a Dios no le gustan los desperdicios. Idem para Ainhoa Arteta.

Por cierto hoy ha muerto John Barry, autor del score de Memorias de África, Bailando con lobos y la famosa melodía de James Bond, otro que da para escribir un libro sobre él.

ostrillizos dijo...

El Consejo de Ancianos suele equivocarse pero casi nunca anda mal encaminado. Morricone debería haber sido premiado prácticamente en todas y cada una de sus obras (casi a razón de un Oscar por película) pero no ha sido así y a final de cuentas lo cierto es que da un poco igual porque todo el mundo (actual y venidero) sabe y sabrá de las excelencias de este gran maestro ... y eso es lo que verdaderamente importa.

El señor chino (uno de los pocos que no responderán a la "orden revolucinaria" cuando ésta sea enviada) es otro auténtico fenómeno merecedor (no sé si menos, igual o más que Morricone) de cualquier galardón con el que se le quiera obsequiar.

Y ya que hemos nombrado a Ennio Morricone, Tan Dun, Hans Zimmer y John Barry (me enteré de la luctuosa noticia leyendo un blog, cada vez más, gemelo) creo que únicamente nos faltaría John Williams para completar un póker de ases.

Sumo "Hero" a la interminable lista de "películas pendientes de ver" y apunto "Ainhoa Arteta" en la no menos extensa lista de "posts pendientes de escribir". Meñín.

Anónimo dijo...

Sí, la verdad es que si has sido director de orquesta sin formación musical, efectiva y definitivamente, eres colega de Inma Shara.
Por otra parte, si le quieres ver genialidad a esta señora, también te apoyo. Esa cara dura que tiene para ponerse donde se pone sin tener ni idea, es sin duda, genial.
Un saludo

< >