Hace unas cuantas semanas tenía oportunidad de ver la enésima repetición de un programa televisivo de ámbito local dedicado a la festividad de San Valentín. En el mismo participaba un pintoresco personaje que se gana la vida disfrazándose de Cupido para realizar entregas a domicilio de flores/regalos diversos, que se dedica también al alquiler de almohadillas para espectáculos taurinos, que es payaso profesional, animador y auténtico artista de la globoflexia, pero que al margen de todas estas actividades secundarias tiene por principal fuente de ingresos un "tamagochi" (pequeño vehículo para cuya conducción no se requiere disponer del correspondiente permiso expedido por la D.G.T.) provisto de un potente equipo de megafonía gracias al cual vocifera -durante unas cuantas horas diarias- las ofertas más recientes de los comercios de la ciudad, las actividades organizadas por el Ilustrísimo Ayuntamiento o la última tontería que se le haya ocurrido a la Cofradía de turno.
Pues bien, este simpático individuo -que cada vez me recuerda más a la versión caricaturesca del legendario Rey Gambrinus creada en su día para la cervecera sevillana Cruzcampo- acompañaba a una joven presentadora que no es profesional de los medios de comunicación sino que en realidad trabaja en una cooperativa dedicada a la prestación de servicios asistenciales en el ámbito de la "Ley de Dependencia" (es decir, que su sueldo se lo paga el Ayuntamiento de la ciudad con el dinero que -en teoría- transfiere la Junta de Andalucía al consistorio y que, a su vez, procede del bolsillo de los pocos imbéciles que seguimos pagando religiosamente nuestros impuestos). Ambos personajes se dedicaban a lo largo del programa -imitación de baja calidad del clásico televisivo "Lo que necesitas es amor"- a visitar y sorprender a distintos individuos con los mensajes amorosos y regalos que les quisieran hacer llegar sus respectivas parejas.
Nos situamos, llegados a este punto, en uno de esos barrios de "mala fama" que hay en cualquier pueblo o ciudad que se precie de serlo. Cupido y su acompañante se encuentran en un rellano cualquiera y llaman a la puerta del domicilio de un joven de poco más de veinte años, padre de familia, con un hijo de unos 6-7 años, una televisión de plasma de unas 50" en su salón equipada con las correspondientes videoconsolas (yo al menos vi dos de "sobremesa" y otro par de ellas portátiles), equipamiento de cine en casa, probablemente decodificador de televisión de pago, etcétera, etcétera. Sorprendido por la inesperada visita, el chaval es agasajado con un regalo y una nota de su enamorada. Con muy buen criterio nuestro amigo Cupido le da la posibilidad de leer en voz alta la nota haciendo público su contenido, o bien leerla para sí mismo y contar a los espectadores únicamente lo que le pareciese oportuno, o bien, finalmente, postergar la lectura a un momento posterior sin la presencia ya de las cámaras televisivas. Ante semejante oferta la respuesta del joven (de poco más de veinte años, recordemos) fue la siguiente: "Mejor eso último, porque yo no sé leer" ...
Que conste en acta: mucho tiene que cambiar el Partido Popular Andaluz para ganarse mi voto pero mucho más todavía tiene que cambiar esto que llaman Andalucía para merecerse un destino mejor que aquél al que se encuentra voluntariamente abocada desde hace tantas décadas.
He dicho.
6 comentarios:
Y yo que lo vi y lo escuché... doy fe
Imaginémonos por un momento... hasta dónde podría llegar ese joven si tuviese los privilegios mínimos de la educación...
El problema es que habrá más como él. Es alucinante como evoluciona el ser humano, de ser casi todo el mundo analfabeto integral pasamos a que casi todo el mundo era analfabeto funcional, de ahí a una educación básica para la gran mayoría, de ahí a estudios superiores para bastante gente, y ahí se acabo, volvemos al principio, eso sí, con todos los gadget tecnológicos que se puedan acaparar. Lo dicho, es alucinante el futuro postapocalíptico-analfabeto-tecnológico que nos espera, ni en las mejores películas de ciencia ficción.
Violet: imaginémonos por un momento que ese joven fuese capaz de entender que la educación no es una obligación sino un privilegio que el Estado provee gratuitamente gracias a que unos pocos ciudadanos (cada vez menos) realizamos cuantiosas aportaciones económicas que se despilfarran en EREs irregulares, compra de cocaína para funcionarios, corruptelas varias, empresas públicas de difícil justificación, amiguismo/enchufismo de todos los colores ... Y con el sobrante de todo ese despilfarro se financia entre otras cosas un sistema educativo a todas luces ineficiente que permite que un individuo pueda pasar en el mismo unos 10, 12 o 14 años, malgastando recursos sin obtener un mínimo aprovechamiento (que menos podría exigirse, digo yo, que tras 10-12-14 años de escolarización obligatoria cualquier persona salga del sistema sabiendo leer ¿no?).
Y puestos a imaginar, imaginémonos por un momento que el hijo de este joven viviese en una sociedad donde se recompensa el esfuerzo y se penaliza la holgazanería no siendo posible que alguien como su padre (que evidentemente ha vivido y seguirá intentando vivir toda su vida de la "sopa boba") pueda llevar el tren de vida que lleva mientras los ingenieros en telecomunicación recién titulados de la Universidad Politécnica de Barcelona se "dan tortas" por poder trabajar en Decathlon descargando furgonetas a cambio del salario mínimo interprofesional (si es que llegan a cobrarlo).
Y puestos a imaginar, sigamos imaginando e imaginémonos por un momento que ese joven tuviese que rendir cuentas ante el resto de la sociedad por la cantidad de miles de euros que llevamos invertidos en él a lo largo de su vida (sin que sepa valorar nuestro esfuerzo ni quiera aprovechar mínimamente lo que con tanto sacrifico ponemos a su disposición), o que los profesionales que han permitido que complete su periodo de enseñanza obligatoria sin llegar siquiera a saber leer (y que han percibido religiosamente cada final de mes su sueldo íntegro con independencia del grado de cumplimiento de objetivos en el desempeño de su labor) tuviesen que rendir cuentas ante el resto de la sociedad por el trabajo tan ineficiente que han realizado, o incluso que el político de turno (responsable entre otras de la parcela educativa) que se dedica a incendiar a las masas con el "discurso del miedo" tuviese igualmente que rendir cuentas ante la sociedad por el aprovechamiento que se hace de ese dinero público que no llueve del cielo precisamente sino que es aportado por unos pocos ciudadanos con muchísimo esfuerzo y sacrificio.
A veces cuesta tanto imaginar hasta dónde podríamos llegar si ...
Fran: tú sabes mejor que yo que no es éste ni mucho menos un caso aislado sino más bien una muestra bastante representativa de un porcentaje considerable de esa población juvenil cuyos derechos (derecho a tener un plasma de 50", cuatro o cinco videoconsolas, unos cuantos móviles de última generación, televisión de pago, etc., etc., sin tener que realizar a cambio esfuerzo alguno) se tendrán que ver notablemente recortados porque quienes no tenemos un plasma de 50", ni cuatro o cinco videoconsolas, ni el último gadget tecnológico pero sí pagamos todos nuestros impuestos YA NO PODEMOS MÁS, nos han exprimido al máximo y ya no queda ni una gota. El futuro postapocalíptico-analfabeto-tecnológico que nos aguarda ... ése es mejor ni imaginárselo ...
laprime: y lo que nos queda por ver y escuchar, aunque sea en monoaural ...
No te preocupes, será en binaural y ya, aunque lo que haya que escuchar no sea de nuestro agrado. Al menos un llanto de pequeñaja y alguna ocurrencia de terremotillo seguro que nos harán sonreir y olvidar por unos días tanta "..."
Pues ahora una de hechos:
Hace unos meses, una chica que conozco, que por razones socio-culturales era analfabeta {cuyos hijos, el mayor de unos 13-14 años, campeón nacional de Taekwondo (entre otras muchísimas copas), sólo le falta un cinturón para llegar a la cumbre de dicho deporte, viaja por todo el país para hacer su sueño realidad. La menor, de 8 años, inteligente y educada}, discriminada en ésta que es nuestra sociedad, ha aprobado el año pasado "los estudios mínimos imprescindibles" y hoy está sacando el carnet de conducir, ha hecho que sus hijos para nada tengan que sufrir lo que su cultura los obligaba a vivir y por fin poder pasar desapercibidos, o no...
Qué irónico es que un sujeto, que tiene todo hecho no hace nada para que no se le escape y otro no se diese por vencido a la frase, "las mujeres sólo para el hombre y el hogar"...
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