Una ola de positivismo, sustituir el pesimismo por optimismo y listo.A veces me resultan curiosos los planteamientos que ponen sobre la mesa mentes teóricamente lúcidas y brillantes. Una simple corriente optimista surgida de la nada y que se propague de forma viral a todos los individuos es, a día de hoy, la única solución a la que podemos aferrarnos.
Las reformas estructurales en profundidad que requiere una economía que lleva demasiado tiempo "viviendo de prestado" y endeudándose cada vez más, los cambios sociales, de mentalidad, educativos, en el sistema de I+D+i, la estabilidad presupuestaria nacional-autonómica-provincial-local garantizada por ley de obligado cumplimiento, la reestructuración del mercado de trabajo, la reducción de la presión fiscal sobre el verdadero motor económico del país (ese motor que se encuentra totalmente asfixiado), ... nada de eso es posible, es más, nada de eso es necesario fundamentalmente porque se traduciría en una pérdida de apoyos por parte de los agentes sociales, intelectuales "progres" y otros entes con los que es mejor llevarse siempre bien.
El sistema es insostenible, la mentalidad instaurada es insostenible, el futuro es insostenible. Mientras, los políticos (gobierno y oposición), sindicatos, patronal, banca y todo aquel que tiene algo que decir, absolutamente todos, permanecen inmóviles.
Salimos hacia adelante sin saber muy bien cómo ni hacia dónde nos dirijimos. Culpamos al exterior de todos nuestros males. Buscamos conspiradores. Y rezamos para que esto se arregle, tal vez por medio de la intervención de alguna divinidad que permanece dormida y que en cuanto despierte se convertirá en el deus ex machina que ponga fin a esta tragedia.
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