jueves, 27 de mayo de 2010

El niño que llevamos dentro

Dicen que en nuestro interior permanece junto a nosotros el niño que alguna vez fuimos y que de vez en cuando se asoma a nuestros ojos, que en ese momento adquieren un brillo especial.

El niño que llevamos dentro se adueña de nuestra mente y de nuestros sentidos e incluso altera nuestras maneras y costumbres habituales. Nos vuelve inquietos, curiosos, valientes, algo irreflexivos, tal vez imprudentes ... Nos despoja de cualquier atadura racional preestablecida y nos permite volver a vivir "a un palmo del suelo".

Pero puede ser, al menos así es en mi caso, que coexistan ahí dentro el niño que fuimos y el abuelo que seremos. Un viejo gruñón y cascarrabias, que añora cualquier tiempo pasado y protesta por todo lo que alguna vez existió, existe o existirá. Que recuerda las viejas glorias, aunque en realidad no fuesen exactamente como él cree, y se muestra desconfiado y temeroso con el presente y el futuro. Un abuelo que quizá sea un calco perfecto de su propio abuelo, aunque eso sí, trasladado en el tiempo.

Cuando el niño que habita en mi interior se queda dormido y deja de hacer ruido y de corretear de un lado hacia otro sin querer detenerse un instante ... cuando la paz, la calma y el sosiego reinan, entonces aprovecha el abuelo para hacerse notar. Y el abuelo no para de hablar, de contar batallitas, de cantar nostalgias, ... y sobre todas las cosas ... de criticar, criticar y no cesar en sus críticas.

Pero ¿sabéis una cosa? Anoche, mientras el niño dormía ví que el abuelo lo acunaba y, quizá desconocedor de mi presencia, le sonreía y hasta le cantaba ... y una lágrima de alegría se deslizaba por sus mejillas al ver que el niño, entre sueños, le devolvía la sonrisa.
5 ostrillizos: El niño que llevamos dentro Dicen que en nuestro interior permanece junto a nosotros el niño que alguna vez fuimos y que de vez en cuando se asoma a nuestros ojos, que ...

5 comentarios:

Lady McTolin dijo...

Recuerda que, probablemente, ese niño interior que corretea y ese abuelo nostálgico son la misma persona, en el presente.

Felicidades por el blog, es la segunda taberna que visito asiduamente. Me alegra poder comprobar que en la reunión de viejos cascarrabias hay uno más, porque mira que se parecen estos viejos cascarrabias.

Hélène dijo...

Nunca es tarde para tener una infancia feliz y ahora, teniendo claras cuales han sido las carencias de aquellos años, dejar que mi yo adulto, a veces tan rígido y perfeccionista pueda acercarse a la niña, la arrope, la consuele, sienta ese abrazo incondicional hasta que ambas se fundan en una. Y entonces la niña sonríe, confiada y tranquila y la adulta vuelve a maravillarse y a disfrutar de las pequeñas cosas, serena, una tirita multicolor sanando al fin las heridas que nadie más supo curar.
Yo me apunto a la reunión de niños y cuanto más haya que descubrir, mejor.

ostrillizos dijo...

Para Lady Mc Tolin: bienvenida seáis señora a esta humilde taberna que hoy especialmente se honra en contar con vuestra presencia. Como bien decís vos, en el presente niño y abuelo quizá sean la misma persona, lo cual me lleva a pensar que puede que me encuentre ya en la Edad Media -equidistante de uno y otro- tiempo en el que ambos pugnan simultáneamente con idéntico empuje por hacerse notar. No ha mucho ganaba el abuelo, tal vez porque al niño le flaqueaban las fuerzas, pero de un tiempo a esta parte el pulso parece haberse equilibrado.
Sobre vuestro particular cascarrabias ... en su día ejercí yo una notable influencia negativa (según decían las "malas lenguas") que se vio compensada con su influencia positiva sobre mi caracter y planteamiento vital, siguiéndose a este singular proceso el hecho de que dos seres con pareceres quizá antagónicos en un sinfin de cuestiones resulten finalmente ser casi idénticos en los temas que realmente importan.

P.D.: agradecemos sinceramente vuestra felicitación y deseamos fervientemente que sigáis frecuentando este rincón a ratos curioso, a ratos divertido y la mayor parte del tiempo extravagante e incomprensible. Por cierto ¿qué tendrán las tabernas de viejos gruñones que tanto atrae a las más interesantes damas?

Para Hélène: tengo la sensación de haber estado junto a ti en una tarde de lluvia esperando al esquivo astro rey sentados en el escalón de la puerta de entrada de un antiguo edificio, que se presentaba majestuoso a nuestros ojos, tratando de conseguir -sin éxito aparente- que rompieses tu silencio para contarme la razón que ayer originaba la tristeza que se dibujaba en tu rostro. Y sin saber qué decir únicamente se me ocurrió ofrecerte mi mano y regalarte una sonrisa. Tal vez fue casualidad pero en ese preciso instante descubrí en tu mirada el reflejo de un Sol que al fin se abría paso entre las nubes. Y cesó la lluvia. Y tu rostro, no sé si sólo de forma transitoria, también mudó de expresión ... Desde entonces cada vez que te veo, cada vez que siquiera leo escrito tu nombre, no puedo evitar dedicarte una sonrisa ...

Para laprime: (aunque no lo hayas escrito) sabes que el niño lloró desconsolado al intuir tu ausencia y que el abuelo ha sido especialmente duro contigo, tal vez por miedo o por un malentendido afán de sobreprotección especialmente cuando el mundo parecía derrumbarse un poco más cada día. Pero también sabes que bajo los escombros, dañados y gravemente heridos, niño y abuelo se conjuraron para al menos apuntalar las ruinas que quedaban y más tarde comenzar a construir, con nuevos planos, un mundo hermoso a su manera que es mucho más que una simple reconstrucción del pasado.

Para Violet: ¿eres tú la protagonista del cuento que el abuelo lee al niño cada noche antes de dormir?

laprime dijo...

ofú...

Violet dijo...

Chi lo sa

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