miércoles, 25 de mayo de 2011

Cuatro años después

Volviendo la mirada hacia un pasado tan reciente como aparentemente distante, me veo hace cuatro años inmerso en plena vorágine electoral. Para quienes tengáis la suerte de no haber participado nunca en una campaña electoral os contaré que en campaña la gente se pone muy pero que muy nerviosa, que desvarían y pierden el norte, los papeles y hasta la cabeza. Todo eso los comedidos, razonables y moderados, que los que ya de por sí "andan regular de la azotea" pues ...

Hace cuatro años nos tocó colaborar en las campañas de tres candidatos de un mismo partido en tres localidades distintas, partiendo dos de ellos como alcaldes con mayoría absoluta (que pretendían revalidar) y un tercero (o primero realmente para nosotros) como alcalde también pero en este caso no por mayoría absoluta sino gracias a que su lista fue la más votada y consiguió alcanzar un pacto de gobierno con otra fuerza política minoritaria.

Vistos los hechos, vistos los mensajes y vistos los personajes, yo no habría votado a ninguno de ellos, pero en cualquier caso hay situaciones en las que uno tiene que ejercer de "mercenario" y tratar de vender motos "invendibles". Lo peor es que luego hay mucha gente dispuesta a comprarlas ...

Aquella campaña fue una auténtica locura en todos los sentidos y para mí alcanzó su punto álgido una madrugada (en torno a las tres de la mañana si no recuerdo mal) en la que los políticos cual "okupas" se hicieron dueños de nuestro humilde estudio, campando a sus anchas y hasta ofreciéndonos refrescos y otras bebidas que ellos mismos obtenían (sin pedir permiso y sin pudor ni reparo alguno) de nuestro propio frigorífico. Realmente surrealista.

Entre todo este laberinto, el responsable informático de una de las agrupaciones locales del partido en cuestión me pide ayuda para realizar una aplicación de seguimiento de los resultados de la jornada electoral que, a su vez, servirá de base para otra aplicación de la que hará uso un medio de comunicación local. Así que la jornada de reflexión que a priori se presentaba como un primer momento de respiro finalmente se convirtió en todo un sprint final para poder llegar en condiciones óptimas al propio día de las elecciones.

Cuatro años después he tenido el privilegio de no tener absolutamente nada que ver con ningún político (ni nada parecido) y eso para alguien a quien en líneas generales no le gustan mucho los políticos es razón más que suficiente para sentirse agradecido a la vida por los cambios de rumbo que a veces nos permite realizar.
5 ostrillizos: Cuatro años después Volviendo la mirada hacia un pasado tan reciente como aparentemente distante, me veo hace cuatro años inmerso en plena vorágine electoral. P...

2 comentarios:

laprime dijo...

Realmente no tiene precio eso de que te ofrezcan generosamente lo tuyo propio... menuda nochecita... menos mal que todo eso es historia lejana!!!

ostrillizos dijo...

Historia lejana ... teniendo en cuento que en su día aprendimos cuánto pueden llegar a durar "cinco minutillos" ... pues yo diría que de toda esta historia hace algo así como "media horilla" ¿no?

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