viernes, 18 de mayo de 2012

Va de fútbol -o no- (opción B)


Y en la parte seria ... Turno ahora para el verdadero análisis-resumen de la temporada 2011-2012.

Podría ahorrarme bastante tiempo si hace poco más de un año hubiese dispuesto de una grabadora durante mi trayecto "autobusiano" entre Toledo y Madrid. En cierto estado de inspiración (¿?) me tocó disertar sobre el pasado inmediato, el presente y el futuro del deporte rey, y aunque no recuerdo con exactitud mis palabras lo cierto es que el discurso tuvo que resultar bastante convincente pues mi interlocutor en aquella tarde primaveral terminó suscribiendo todos y cada uno de los planteamientos que puse sobre la mesa.

¿Qué pasa con el fútbol? O mejor dicho ¿qué me pasa a mí con el fútbol? Pues sucede que el fútbol (el razonamiento resulta invariable si sustituimos fútbol por madridismo) es como una droga que se nos inocula durante la más tierna infancia -antes de tener incluso uso alguno de razón- y se integra en nuestro sistema parasimpático. Por tanto no es algo que podamos controlar voluntariamente ni es algo sobre lo que podamos razonar de forma adecuada. Más bien se trata casi de un sentimiento primario con el que tenemos que aprender a convivir tratando en todo caso de minimizar sus efectos perniciosos sobre nuestra existencia (y a ser posible potenciando al mismo tiempo cualquier potencial efecto positivo sobre la misma).

A mí el fútbol ya no me gusta. Hace mucho tiempo que empezó a dejar de gustarme y a día de hoy aunque no podría decir que lo detesto (realmente podría decirlo ...) si que al menos diré que cuanto menos me resulta poco atractivo. Aún así, debido a las razones aducidas en el párrafo anterior no puedo "desengancharme" por completo de esta droga. Y eso es algo que me fastidia mucho.

¿Por qué ha dejado de gustarme el fútbol? Pues pensándolo un poco (no he dedicado demasiado tiempo a analizar esta cuestión) creo que los motivos principales son los siguientes:

1.- En líneas generales me gustaba más la "gente de antes" que la "gente de ahora" (en todos los aspectos de la vida). Las cosas que para mí son realmente importantes han dejado de importarles al grueso de la sociedad y eso evidentemente tiene a su vez implicaciones en el mundo del deporte y particularmente en el mundo del fútbol. Me cuesta horrores encontrar algún punto en común entre mi escala de valores y la que puedan tener los futbolistas actuales, los entrenadores, los directivos, los aficionados, los periodistas, los árbitros, ... Cuando empecé a aficionarme a este mundillo (con algo de conciencia digamos que a partir de la temporada 84-85 o como mucho la 83-84) encontraba por todas partes figuras dignas de admiración que -en la inmensa mayoría de los casos- siguen siendo admirables casi tres décadas después. Personas, ante todo personas, con orígenes humildes en muchos casos y que encontraban en el fútbol un medio para ganarse honradamente la vida (con una remuneración económica no excesivamente desorbitada). Personas, como digo, con una cultura de esfuerzo, sacrificio, trabajo en equipo, honradez, humildad, ... Personas que se hacían respetar sin tener que avasallar ni faltar a nadie al respeto. Gente de bien que luchaba en buena lid por conseguir un mismo objetivo y no niñatos que con poco más de veinte años (dedicados en exclusiva a cultivar su físico y ... nada, absolutamente nada más ...) pueden ganar en una sola temporada más que un directivo o mando intermedio de una gran multinacional a lo largo de toda su carrera profesional. ¿Siento un gran desapego hacia el "hombre actual" en todos los sentidos? Pues sí, me repelen los metrosexuales, los retrosexuales, los que llevan pelo-pincho, los imbéciles de los tatuajes, los de los auriculares gigantescos, ... y así, en líneas generales, todos los tontos del mundo que se creen semidioses sin saber siquiera qué diantres es un semidios ...

2.- Supongo que a lo largo de la vida uno va perdiendo la inocencia y cuando los acontecimientos se dejan de contemplar a la luz de la candidez infantil o de la enfervorizada pasión juvenil ... Veamos, yo pienso que el fútbol ha dejado de ser un deporte limpio. La base actual del juego es el engaño y cierto es que el engaño siempre fue la base del fútbol pero en los orígenes se trataba de engañar al rival (con amagos, regates, escondiendo el balón de su vista, ...) y ahora el objetivo básico es engañar a los árbitros y de paso procurar que el engaño resulte creíble de cara a la prensa especializada y a los aficionados. Utilizando el símil de los toros (que se basan en el engaño contínuo del diestro al astado) esta situación vendría a derivar en que los toreros anduviesen más preocupados en intentar que la presidencia les otorgase un trofeo que en procurar ganarse a pulso dicho trofeo realizando una meritoria faena. Y este cambio en la idea de "engaño", esta modificación de la esencia del juego, está teniendo efectos devastadores. A día de hoy no sería posible ver a un equipo jugando como lo hacía la "Quinta del Buitre" ... y a mí lo que realmente me gustaba del fútbol eran los centros medidos de Míchel desde la banda derecha que siempre encontraban al perfecto rematador en el grandísimo Hugo Sánchez, o aquellas interminables galopadas de Rafa Gordillo o de Paco Llorente por la banda izquierda ... Aquel fútbol de verdad, de tú a tú, de poder a poder y que gane quien sinceramente pueda más ... ese fútbol murió y con él se fue marchando también mi afición.

3.- Al hilo del argumento anterior (la pérdida de inocencia) lo cierto es que "algo huele a podrido en Dinamarca". En el mundo del deporte profesional en general y muy especialmente en el fútbol se dan -cada día más- innumerables circunstancias que hacen que uno tenga "la mosca detrás de la oreja" ... ¿Cuántos miles de millones de euros mueve hoy en día el fútbol en nuestro país (en plena crisis, inmersos en una nueva recesión)? ¿Y en el resto de Europa? La corrupción en Italia, el amaño de partidos en todas las categorías, los descensos de clubs históricos inmersos en toda esta basura, los casos de dopaje, ... Y los italianos y los españoles nos parecemos tantísimo ... Que duda cabe que cualquier artimaña, ardid, treta o engaño vigente en Italia se importa de manera automática a la cultura española y viceversa. Si en Italia hay una red de amaño de partidos, los tentáculos de la red llegarán a España en cuestión de milisegundos: para muestra un Héctor Cuper (por ejemplo). Me llama especialmente la atención, llegados a este punto, la proliferación de casas de apuestas (aprovechando el auge de internet) y el floreciente negocio que supone para todas ellas el subsector de las apuestas deportivas. Infinidad de firmas de este estilo (bwin, inter-apuestas / interwetten, bet365, bet-at-home, etc., etc.) patrocinan a los clubs participantes en las distintas competiciones y digo yo ¿los dueños de los bancos se conforman con los beneficios que genera su negocio habitual o tratan de mejorar sus resultados haciendo lo que sea menester? ¿y en los casinos? ¿algún dueño de casino se limita a ganar una determinada cantidad si en su mano está la posibilidad de ganar más dinero? Por la parte más corta todo esto resulta sospechoso, porque decidme, sinceramente, ¿apostará más gente en un partido entre el Barcelona y el Real Madrid si el resultado es decisivo para la Liga, la Copa, Copa de Europa? ¿o apostará la misma gente si el partido ya es intrascendente? Y en cuanto a las audiencias televisivas ¿no pasará algo similar?

Uno mira, con mirada menos limpia que antaño, y observa que en muchos casos el desarrollo de las distintas competiciones parece perfectamente guionizado: una introducción/planteamiento en la que se consigue atrapar al espectador (prometiendo a todo el mundo que su equipo tiene posibilidades reales de alcanzar su objetivo), un nudo más o menos interesante que al menos consiga retener espectadores (y/o apostadores), y un desenlace realmente espectacular, valgan como ejemplos la liga que el Madrid conquistó en Pamplona con Schuster en el banquillo, las que ha conseguido Guardiola casi "in extremis" o el final "de traca" que se ha vivido esta misma temporada en la Premier.

Dudo mucho que los tipos que a lo largo de su vida han ganado suficiente pasta como para invertir auténticas millonadas comprando equipos, o adquiriendo derechos audiovisuales, o montando una casa de apuestas online que patrocine a alguno de esos equipos ... dudo mucho, digo, que se hayan hecho millonarios invirtiendo cantidades tan sumamente fuertes en negocios cuyos resultados fuesen totalmente aleatorios y dependiesen única y exclusivamente del azar. Si han llegado hasta donde han llegado seguramente ha sido porque han cuidado celosamente sus inversiones, sus negocios, han arriesgado únicamente lo necesario y si el riesgo ha superado las posibilidades reales de obtener algún beneficio pues simple y llanamenete no han invertido o se han retirado.

Decía hace poco D. Gonzalo García-Pelayo, patriarca del clan de los Pelayos, que él únicamente juega cuando existe la posibilidad de ganar y al mismo tiempo existe la posibilidad de encontrar un sistema ganador. El señor Pelayo se dedica ahora mismo básicamente a las apuestas deportivas (fundamentalmente fubolísticas) "uno contra uno" ... Lo digo por si a alguien le interesa ...

Y bueno, hechas todas estas consideraciones iniciales, realicemos de una vez por todas el análisis de la temporada 11-12: PASÓ LO QUE TENÍA QUE PASAR, SIMPLE Y LLANAMENTE PORQUE ERA LO MÁS INTERESANTE QUE PODÍA PASAR.

Igual que en temporadas anteriores fue más interesante que ganase el Barcelona, este año por los motivos que fuere era más interesante que ganase el Real Madrid, y ganó el Madrid. Punto.

Que no me vengan con tonterías de si unos juegan mejor que otros o los otros que los unos o que a unos sí les ayudan los árbitros y a los otros no ... Aquí pasa lo que tiene que pasar y listo.

Vivimos en un contínuo estudio de mercado en el que se analizan cada segundo todas nuestras acciones, nuestras reacciones, la interacción con los demás, nuestros sentimientos y la influencia que tienen en el proceso de toma de decisiones ... Y el fútbol desde luego no vive ajeno a esta realidad. Se ha observado que en España la población mayoritariamente se alinea con el Madrid o con el Barcelona y el porcentaje de seguidores del resto de equipos es residual y despreciable. Cuando no gana ninguno de los dos grandes, cunde el desinterés generalizado por la competición y se resienten simultáneamente los shares o porcentajes de audiencia (en televisión, radio e internet), las ventas de la prensa especializada, los ingresos por anunciantes y, desde luego, también caen los registros en las casas de apuestas online y la actividad de los usuarios de tales sitios web. ¿Casualidad?

Cuando al menos uno de los dos grandes mejora sus resultados, la tendencia cambia y todos los indicadores anteriormente comentados reaccionan al unísono. ¿Os cuento lo que ocurre si el Madrid y el Barcelona tienen resultados positivos y muy similares?

Pero claro, todas las cosas tienen un límite. La gente en general es suficientemente tonta como para dejarse engañar (voluntaria o involuntariamente) durante un tiempo limitado. Podemos admitir una cierta adulteración de la competición pero no admitimos una competición completamente adulterada, así que en la medida de lo posible siempre hay que intentar que prevalezca el desarrollo normal de la misma y las intervenciones -si se producen- tienen que realizarse muy puntualmente y siempre con sumo cuidado.

Igual que no aceptamos una competición totalmente adulterada tampoco nos gustan otras dos cosas: que nuestro equipo no gane nunca (hablamos de Madrid o Barcelona, los demás como dijimos son despreciables ya que apenas tienen incidencia poblacional significativa) o que nuestro equipo gane siempre (aunque parezca mentira llega un punto en el que todo el mundo se aburre de ganar, siempre es necesario tener cuentas pendientes con un enemigo potente). Y en consecuencia cualquier ciclo victorioso está necesariamente abocado al fin y de idéntica manera cualquier ciclo perdedor está igualmente abocado a su fin porque si no la gente se aburriría y la "gallina de los huevos de oro" se convertiría ipso facto en una gallina normal y corriente.

Si la victoria de un determinado equipo es un suceso seguro (probabilidad 1 de que se dé) ¿quién apostará en contra de tal suceso? Y si la victoria de un determinado equipo es un suceso imposible (probabilidad 0 de que se dé) ¿quién apostará en contra?

¿Quién vería un partido entre el Barcelona y el Madrid sabiendo a ciencia cierta que su equipo va a perder? ¿Quién vería ese partido si no albergase al menos una esperanza remota de que su equipo puede ganar?

Igual que antes de un estreno cinematográfico se valoran las potenciales reacciones del público y si no son las esperadas se modifica cuanto sea necesario (coartando en muchos casos la libertad creativa y dejando poco espacio al "arte puro"), exactamente igual se actúa ante un partido de fútbol (relegando al deporte a un plano totalmente secundario): o se consigue lo que se pretende o se consigue lo que se prentende, no cabe otra opción.

No, señores, nada (o casi nada) sucede ya de forma aleatoria en el mundo del fútbol. Y nadie (o casi nadie) permanece ajeno a esta realidad dentro del propio mundo del fútbol. Eso sí, de cara a la galería se mantienen posturas impostadas y se reviste todo de una teatralidad acorde a los gustos de la sociedad actual (basta ver cualquier informativo o debate deportivo ...). Cuando uno ve a Guardiola o a Mourinho -por ejemplo- en la previa de un choque entre sus respectivos conjuntos, únicamente echa en falta a Don King sonriendo sentado entre ambos púgiles mientras piensa en la cantidad de imbéciles que van a ver el combate sin saber que su púgil (al que siempre siguen o por el que puntualmente han apostado) va a perder simple y llanamente porque así ha sido previamente acordado ... Y se ríe a carcajadas el señor King sabiendo que el boxeador que se va a dejar ganar otendrá unos ingresos muy superiores a la "bolsa" del combate ... Y el que inmerecidamente va a ganar, también tendrá unos ingresos sensiblemente más sustanciosos que el importe de la "bolsa" del combate. Y se ríe infinitamente más sabiendo que quien realmente gana aquí no es otro que Don King (y quienes viven a su alrededor).

Y a pesar de todo lo dicho, lo más probable es que un servidor permaneza enganchado al fútbol y seguramente veré la final de la Copa de Europa y seguramente también seguiré con cierta atención la Eurocopa y el año que viene volveré a estar al lado del Madrid ... "Y me da coraje" no poder dejarlo aún sabiendo que todo es mentira ...
5 ostrillizos: Va de fútbol -o no- (opción B) Y en la parte seria ... Turno ahora para el verdadero análisis-resumen de la temporada 2011-2012. Podría ahorrarme bastante tiempo si hac...

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